Muñeca de trapo

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Digamos que la historia comienza aquí, en una mesa a la hora del desayuno con dos personas sentadas, un tipo joven y el cadáver de una chica con los ojos vendados.

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Desde hace una semana más o menos era habitual ver esta escena. Habitual para mí, el narrador omnipresente ya que ellos, o mejor dicho, él, vivía solo.
La chica de los ojos vendados
El resto del día también era relativamente rutinario. Cuando sale de su casa la amarra a su espalda y la lleva a todas partes. La verdad es que todos lo que los que le conocen lo miran con extrañeza pero nadie se atreve a decir nada, sólo así se dieron cuenta de que compartieron siempre su alegría pero no había siquiera uno que pudiera llegar un poco más adentro que eso. Nadie conocía más allá, ni sus verdades, ni sus problemas, ni sus preocupaciones. Ni sus derrotas.
Se la pasa todo el día fuera. Al volver a casa sólo le queda recordar. Con tanta soledad es fácil volver al pasado.

Recordar, recordarla.
Friedrich Nietzsche "La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor."

Volver al hecho de que él la mató. Él y sólo él, casi como creyéndose Dios. Poniéndose a la altura quizá de quien les habla o creyéndose un poco más alto.
El arrepentimiento lo consumía pero no era capaz de demostrarlo, no en frente de su cadáver.
Después de llorar se va a dormir, no sin antes recostarla en el otro lado de la cama y repasar cada día la idea de estar tan cerca, pero tan lejos.
Buenas noches.

Desde aquí solo Dios (y hablo de mi y del verdadero) sabe que la venda en los ojos cambia de personaje y se repite la historia, con menos testosterona, pero más corazón.

Muñeca, salmuera y los años

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Quise cuidarte y quererte siempre
y tu sonrisa termino obligándome.
La forma de reflejarme en tus ojos.

"del siglo que cumplí
del pibe que no fuí
de todo lo que deja cicatriz" ♫
Correr jugando a las escondidas
Rasmillones en las veredas, lloriqueos
parche a la herida, correr de nuevo.

Así, pequeña, te volviste inmensa
la cumbre de la felicidad que no pedí
princesa indiscutida de la imaginación
la perfecta sonrisa con dos dientes menos.
Mi chascona, con abrazos de más.

¡Me robaron, me robaron!, te llevaron.
De eso tres años y el mar me quiso ahogar
Enzo Ferrari "El único amor perfecto en este mundo es aquel del padre por su hijo."

superviviente aquí y la cara hacia abajo.
pero sé que recuerdas porque yo lo hago
te ruego no lo hagas, así olvidamos.
Sigamos (¡por favor sigamos!).

Incluso, tal vez, no te acuerdas de nada
y me confunde la quemadura en mi frente,
los delirios, la torpeza, la salmuera escondida.
Y las caídas en la calle fueron un sueño
porque el mundo no espero que sicatrizara.
¿Seguiste? Seguimos, con abrazos de menos.

Rúbrica de la ironía

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"Con esa ropa te ves pésimo"
En tu cara veo que no te agrada para nada
lo que acabo de decirte, pero sabes q es mentira.
Yo se perfectamente que es mentira.
Te haces la enojada, yo te sonrío,
me sonríes, reímos juntos.

"Ya sé que te traté bastante mal,
No se si eras un angel o un rubi
O simplemente te vi." ♫
Así son las cosas cada vez que te veo.
Me convierto en el hipócrita,
ese de las bromas pesadas y burlonas
el genio de las mil y una ironías
un antipático sin rumbo,
idiota veinticuatro/siete, el que haces feliz.

De esta forma y no de otra
porque es difícil mostrarse sin tapujos
(¿Por qué es difícil mostrarse sin tapujos?)…

¡Que ganas tengo de abrazarte!
pero mis brazos se derriten de solo pensarlo
ni hablar de mirarte a los ojos.
podrías adivinar lo que estoy pensando,
ese es mi sueño y mi miedo oculto.

Al menos en esta coraza estoy seguro, seguro.
Nunca fui de esos que saltan al vacío, sin pensar.
Sin pensar, imposible. Así sin actuar me quedo
detrás de una armadura que no se quiere oxidar...
Te sonrío, me sonríes. Me vuelves loco.
Por eso me encanta mentir y andarme con rodeos.
No es fácil decirte lo que siento.